La forma de obtener información de nuestra sociedad ha cambiado relativamente rápido en los últimos 15 años. Los nuevos canales de información propios de la Web 2.0 han permitido a la sociedad el tener el acceso a la información de una manera más rápida que otrora.
Cuando se necesitaba información sobre algún tema en
concreto, la gente solía acudir a bibliotecas , revistas especializadas, libros
o enciclopedias para informarse, lo cual podríamos considerar un acceso a la
información viable, crítico y objetivo. Aquí el papel del bibliotecario/gestor
de la información adquiría un valor determinante para el usuario en su búsqueda
de información, pues le guiaba y recomendaba información.
Los nuevos accesos a la información están permitiendo que la
información se masifique, pero en contra de lo que cabría pensar, mayor
cantidad no equivale a más a calidad, es más, podríamos asegurar que hoy en día
es más fácil encontrar información no contrastada que veraz. La explosión de
Internet, como herramienta para los usuarios, ha puesto al alcance de todos el
acceso a la información de forma rápida y directa, creando nuevas formas de
informarse para el usuario, y en muchas ocasiones en sitios de dudosa calidad,
pero para el usuario de a pie le basta con ese tipo de información en su día a
día, y no será raro ver “cuñados de la información”, gente que habla de oídas
sobre algún tema que ha leído en algún portal no científico, y lo toman como un
texto veraz y hablan sobre el tema como si fueran un experto en la materia.
El tener acceso a una base de datos tan grande como Internet
no significa que vayamos a encontrar la información que queremos, pues nos
tocará hacer una lectura intelectual sobre lo que nos sirve y lo que podemos
descartar.
Por ello es labor del documentalista orientar a la nueva
sociedad sobre la búsqueda de información en Internet, poniendo a disposición
de la sociedad sus conocimientos y organizar la información en sitios veraces y
contrastados que ayuden al usuario en su búsqueda de la información. El
documentalista asume por tanto nuevas
funciones, en la forma sobre cómo se informa nuestra sociedad; ya no sólo se
encargará de poner a disposición de los usuarios la información científica (o
no), si no que adquiere nuevos roles, como bien podría ser el de
formador/educador/docente, enseñando a la gente el uso de las nuevas herramientas
que tenemos a nuestra disposición para buscar información, e incluso formándolos en una materia que dominemos y podamos compartir nuestro conocimiento.
Publicado y escrito por Gustavo Adolfo Hitos Madrid, alumno de 1º de Información y Documentación (Grupo A), Granada, curso 2016-2017.
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